Buscar

Psicología en Evolución

Blog dedicado a temas relacionados con la Psicología en un sentido amplio. Artículos, reflexiones, infografías, vídeos… y mucho más.

Autor

Henar Gutiérrez

Maestra de Educación Primaria y Psicóloga

La experiencia que necesitamos es la que estamos viviendo

La vida nos pone en el camino las

En ocasiones nos pasan cosas que no comprendemos, que experimentamos como negativas, e incluso que nos gustaría poder borrar para siempre de nuestra mente y de nuestro corazón. Sin embargo, cada una de las experiencias por las que pasamos, todas y cada una de ellas, tiene su papel. Entre todas conforman una constelación cada vez más amplia, un mapa de vida. Como en una constelación de estrellas, cada elemento es imprescindible.

Tal y como afirma E. Tolle, la manera que tenemos para saber si la experiencia que estamos viviendo es la que necesitamos para nuestro desarrollo y evolución, es simplemente que es la que estamos viviendo en estos momentos. Aceptar esto no implica de ninguna manera resignación. Se trata de comprender que toda vivencia lleva asociada un aprendizaje único, una estrella más que, con su luz, nos ayudará a ver mejor el camino que deseamos construir.

Sincronicidad o «Casualidades Significativas»

Sincronicidad o Casualidades Significativas

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado coincidencias o casualidades que, por ser aparentemente improbables, nos han parecido casi mágicas, como si escondieran algún tipo de mensaje revelador o incluso premonitorio.

Podemos atribuir estas coincidencias a la simple casualidad azarosa, sin embargo, hay quienes abogan por significados más trascendentes. El filósofo alemán Friedrich Schiller afirmaba que “No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de fuentes profundas”.

Por su parte, el psicólogo y psiquiatra suizo Carl G. Jung acuñó el concepto de «sincronicidad» para referirse a «la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal«. Es decir, una conexión que no está basada en la relación causa/efecto ni, mucho menos, en la mera coincidencia. Tanto Jung como el físico alemán  W. E. Pauli coinciden en que “Existe en la naturaleza un principio de vinculación no causal que se manifiesta a través de las coincidencias significativas. Existe una estrecha relación entre acontecimientos interiores y exteriores que vivimos. Relación ésta que no puede ser explicada por principio de causa y efecto, pero sin embargo, tiene sentido para el observador”.

En el mismo sentido, F. Engels introduce el término de “azar objetivo”, que posteriormente sería retomado por el escritor surrealista André Breton, para referirse a la “casualidad” como “forma de manifestación de la necesidad”. En palabras de Breton, el azar sería “el encuentro de una causalidad externa y una finalidad interna”. El azar objetivo designaría por tanto la confluencia inesperada entre lo que el individuo desea y/o necesita y lo que el mundo le ofrece.

Son muchas las teorías y opiniones que se han desarrollado al respecto de estas coincidencias aparentemente mágicas. Jung llegó a la conclusión de que existe una estrecha conexión entre la persona y su entorno, de tal forma que, en determinadas circunstancias, ejerce una atracción que genera experiencias coincidentes, con un significado específico y simbólico para la persona que lo vive.

Podemos conectar o no con estas explicaciones pero, en cualquier caso, una actitud receptiva y dispuesta a dejar que los acontecimientos fluyan siempre nos dejará la puerta abierta a que la magia entre en nuestras vidas.

El sí mismo es algo que uno crea

A menudo las personas dicen que no se

A menudo decimos que estamos intentando encontrarnos a nosotros mismos, que nos sentimos perdidos, que no terminamos de encontrarle sentido a las cosas, a nuestro mundo, a nuestra vida. Parece que tenga que llegar un día en el que, de repente, todo encaje y adquiera el significado que tanto tiempo habíamos estado buscando.

Sin embargo, no nos damos cuenta que en nosotros está la capacidad de transformar, de convertir y de crear aquello que creemos perdido, pero que simplemente todavía no hemos decidido construir.

No esperemos a encontrar por casualidad la obra de la cual somos autores y protagonistas.

Como dice Thomas Szasz, «El sí mismo no es algo que uno encuentra, sino algo que uno crea». Tú decides.

 

Soy aquello en lo que elijo convertirme

No soy lo que me ha pasado,

Muchas veces llegamos a pensar que, de alguna manera, estamos condenados por nuestro pasado, por nuestras experiencias desafortunadas, nuestros errores, por aquello que hicimos o que no hicimos… Llegamos a creer que inevitablemente este patrón nos perseguirá siempre, repitiéndose de forma cíclica hasta el fin de nuestros días.

Sin embargo, tal y como afirma Jung, no somos lo que nos ha pasado, sino aquello en lo que elegimos convertirnos. No podemos borrar las vivencias que hemos experimentado, pero sí construir las que deseamos experimentar. De absolutamente todo podemos extraer algún aprendizaje que nos ayudará a tener más claro el camino que queremos recorrer, y el que no queremos para nosotros.

Toda parada en nuestro viaje tiene un sentido, un papel determinado, que es posible que no comprendamos en el momento en que nos ocurre, pero que nos servirá para decidir si nos bajamos o no en las siguientes paradas.

En definitiva, en nuestra vida decidimos nosotros, porque tenemos la capacidad de elegir transformarnos, y en nuestra mano está hacer uso de ella.

Como dice Harold Macmillan, «Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá».

 

El color de tu día está en tus manos

El color de tu día

Hoy es 29 de Febrero. Hoy tenemos la oportunidad de disfrutar de un día de más, un día extra, un regalo de este año.

¿De qué color te gustaría que fuera? ¿Qué vas a hacer para que sea así? Hoy, como cada uno de los días de nuestra vida, tenemos el poder de decidir qué filtro nos ponemos, con qué gafas vemos el mundo. ¿Quiere decir esto que todos los días pueden ser perfectos, que nada malo nos pasará? Por supuesto que no. Pero siempre existe la posibilidad de hacer el día más bonito, de elegir su color, de regalarnos un momento especial que disipe las nubes. ¿Cuáles son esas pequeñas cosas que te hacen feliz, que pueden cambiar todo en un instante? Un bombón de chocolate, un croissant caliente, un café al sol, tu canción favorita, las vistas desde tu ventana, la sonrisa de esas personitas que te alegran el corazón, una imagen, un mensaje… Cualquier cosa puede cambiar el color de tu día, y en tus manos está elegir.

¿De qué color vas a hacer que sea el día de hoy?

 

Yo soy Yo, Tú eres Tú

Tú eres tú

Terminamos el fin de semana con esta interesante cita de Fritz Perls.

¿Cuántas veces hemos intentado cambiar por complacer al otro? o ¿Cuántas veces hemos tratado de que el otro cambie para amoldarse a la idílica imagen que de él/ella habíamos creado en nuestra mente? ¿Ha funcionado realmente alguna vez? Da que pensar…

Tanto si pretendemos renunciar a una parte de nuestra esencia por agradar a otra persona, como si lo que queremos es que ella renuncie a una parte de su ser, entonces, ¿a quién estamos queriendo? y ¿A quién deseamos que quieran? Conviene plantearse esta cuestión de vez en cuando.

¿Quiere decir todo esto que no debemos cambiar cuando decidimos compartir nuestra vida, de manera que sea, con otra persona? Por supuesto que no. El error viene de la renuncia a una parte esencial de nuestro ser, puede ser el más mínimo detalle, pero es algo que nos define como únicos en el mundo. Si la persona que llega a nuestra vida lo hace para ayudarnos a sacar la mejor versión de nosotros mismos, esa que ni siquiera nosotros conocíamos, esa que permanecía oculta en un cajoncito que no nos decidíamos a abrir, bienvenida sea.

Cuando se quiere a alguien, se le quiere como un todo, con sus luces y sus sombras, en sus días grises y en sus días de colores, como realmente es.

Tú eres tú y yo soy yo, y quizás juntos descubramos quienes verdaderamente somos. Quién sabe.

The Gift (El regalo): un corto para reflexionar

Este corto nos muestra la importancia de saber conservar nuestra propia individualidad, de ser los capitanes de nuestras vidas y no dejar que nadie nos quite ese papel, que solamente nosotros podemos asumir.

Por otro lado, también nos enseña que esto es compatible con compartir nuestro mundo con aquellas personas que quieran caminar a nuestro lado, ofrecernos una parte de ellos y aceptar la que nosotros les queramos regalar, teniendo presente siempre que cada uno será el protagonista de su propio cuento.

Somos arquitectos de nuestro propio destino

Como dijo Einstein, «Somos arquitectos de nuestro propio destino«.

¿Qué eliges construir hoy? Un muro, un camino, una puerta, una ventana, un palacio, un globo, un cohete espacial…

Tienes las herramientas, en tus manos está decidir cómo y para qué las utilizas.

Somos arquitectos de nuestro propio destino

La existencia no admite representantes

Somos los arquitectos de nuestra vida, inventores de nuestro camino, escritores de nuestra historia, pilotos del cohete estelar que nos llevará hasta donde queramos llegar. Porque sólo nosotros podemos ser los reyes y reinas de nuestro universo, «la existencia no admite representantes».La existencia no admite representantes

Blog de WordPress.com.

Subir ↑